Si uno se fija un poco seguro que habrá visto a alguien con un buen manojo de espárragos, que tras un saludable paseo ha recolectado y que posiblemente acabarán en una deliciosa tortilla.
En nuestras montañas hay excelentes zonas para cogerlos, el clima ha acompañado y es muy fácil volver a casa con un buen puñado.